martes, 17 de febrero de 2015

La Importancia de Hacer Filosofía con Niños


Ya sé que a muchos les ha de parecer una tomada de pelo eso de hacer filosofía con niños, pero si nos detenemos un poco, tal vez podremos ver que no lo es tanto, y que es más serio y más profundo y simple de lo que nos imaginamos.

Por supuesto que mucho depende de qué idea o concepción tengamos de la filosofía. Y es que, por lo regular, cuando oímos hablar de ella pensamos en algo muy estructurado, especializado, profundo y sistemático que requiere una actitud contemplativa y reflexiva, así como de un discurso bien estructurado, con una terminología que, en muchas ocasiones, raya en lo incomprensible. Y es verdad, en eso se ha convertido a la filosofía, pero eso no significa que no pueda ser de otro modo, ni que siempre haya sido así. Filosofía para Niños retoma los principios genuinos del quehacer filosófico: el diálogo, la pregunta y la argumentación (debate), teniendo como modelo al más grande representante de esta disciplina: Sócrates, para quien filosofar es, ante todo, preguntar, incomodar al otro. En este sentido, podemos afirmar que los niños son genuinos filósofos, pues sus preguntas, muchas de las veces, generan la mayor incomodidad que nos podamos imaginar. "Pa', ¿existe Dios?" o "Ma', ¿por qué mi papá te dice que te ama?", "¿podemos hacer siempre lo que queremos?", son algunas de las preguntas que escuchamos frecuentemente en la voz de los pequeños; además de que, por naturaleza, son preguntones. Luego entonces, por qué no canalizar esas disposiciones naturales del niño hacia una mejor aplicación dentro de su vida cotidiana para que, el día de mañana, sea un adulto capaz de pensar por sí mismo, de resolver de mejor forma sus problemas, de tomar mejores decisiones, de ser autónomo e independiente. Filosofía para Niños ayuda a sistematizar estas disposiciones naturales que hay en el niño a través de una metodología basada en el diálogo, el juego y el debate.

lunes, 19 de enero de 2015

El pensamiento como herramienta


¡¿Pensar?!....¡Qué flojera!

Cosas de Niños basa su propuesta en los principio fundamentales de lo que se conoce como Filosofía para Niños, un sistema educativo desarrollado por el filósofo norteamericano Matthew Lipman, el cual centra su interés en el desarrollo del pensamiento crítico y en la importancia de la pregunta como eje conductor del conocimiento. Si la Filosofía es por excelencia la ciencia de hacer preguntas, y los niños son una máquina de hacer preguntas, luego entonces... ¡los niños son filósofos! -así pensó Lipman hace ya más de 40 años. Y desde entonces (1969) se dedicó a buscar los mecanismos y las estrategias para poder desarrollar, bajo un método práctico, las distintas habilidades que tienen que ver con el pensamiento. Así, surge la primera novela filosófica, la cual está acompañada por un libro de sugerencias didácticas que lleva por título: El Descubrimiento de Harry, con la que se pretende introducir a los niños de 10 años en el mundo de la lógica formal. Así comenzó este movimiento que ha cobrado fuerza con el paso del tiempo y que hoy tiene presencia en países como Francia, Italia, Rusia, Alemania, Chile, Colombia, Argentina, México, así como algunas ciudades de África y Oceanía, haciendo un total de 50 en todo el mundo.

Hacer del pensamiento la herramienta principal para desarrollar un concepto educativo, artístico y de entretenimiento no es cosa fácil, pues nos han dicho que "pensar es aburrido" y que eso "a nadie le interesa", que nadie va a comprar algo así porque no sirve de mucho; ideas que, como muchas otras, responden a intereses de otro tipo, menos a intereses puramente humanos. Así que con este proyecto pretendemos demostrar que pensar puede ser muy divertido.

El pensamiento es como la respiración, el olfato, el oído, el movimiento o la corporeidad, funciones y atributos todos ellos naturales en el ser humano, sin embargo, quien quiere hacer de ellas algo extraordinario y convertirse ya sea en un cantante de ópera, en un atleta o en un músico, deberá ejercitarse para aprovecharlas al máximo. Quien canta, no puede conformarse con la respiración que usamos para vivir, necesita desarrollar una técnica mediante ejercicios específicos que le permitan ampliar su capacidad toráxica y de respiración, y así poder producir sonidos largos y bellos ; lo mismo sucede con quien quiere convertirse en un atleta: no basta tener un cuerpo bien dotado, es necesario que lo ejercite al máximo para poder competir. El pensamiento no es la excepción. Es necesario ejercitarlo si queremos aprender a pensar por nosotros mismos, a construir nuestro propio conocimiento, a distinguir una idea clara y distinta, a razonar, a relacionar las cosas, a entender la simplicidad de este mundo complejo, a no creer todo lo que nos dicen, a preguntar, a mirar lo que hay detrás de las cosas, a distinguir lo esencial de lo que no lo es, a tomar mejores decisiones, a resolver mejor nuestros conflictos, a entender la relación del yo con lo otro, a vivir sin prejuicios, a defender nuestras ideas, a transformar la realidad de forma creativa y en beneficio de la totalidad, etcétera. 

En Cosas de Niños estamos convencidos de que estimular el pensamiento en los niños, y desde temprana edad, es la mejor inversión que podemos hacer para aspirar a tener sociedades más sanas e individuos más felices; lo que se traducirá en la conformación de un mejor mundo. Por eso, tratamos de que todas nuestras actividades tengan que ver un poco con este interés, sin dejar de lado lo amable y divertido de la vida, pues a final de cuentas, no está peleada una cosa con la otra.

Así que si te preguntas: ¿Para qué pensar?.... La respuesta es: Para aprender a ver la realidad de muchas maneras.
Así que ¡vamos todos a ejercitar el pensamiento!