martes, 17 de febrero de 2015

La Importancia de Hacer Filosofía con Niños


Ya sé que a muchos les ha de parecer una tomada de pelo eso de hacer filosofía con niños, pero si nos detenemos un poco, tal vez podremos ver que no lo es tanto, y que es más serio y más profundo y simple de lo que nos imaginamos.

Por supuesto que mucho depende de qué idea o concepción tengamos de la filosofía. Y es que, por lo regular, cuando oímos hablar de ella pensamos en algo muy estructurado, especializado, profundo y sistemático que requiere una actitud contemplativa y reflexiva, así como de un discurso bien estructurado, con una terminología que, en muchas ocasiones, raya en lo incomprensible. Y es verdad, en eso se ha convertido a la filosofía, pero eso no significa que no pueda ser de otro modo, ni que siempre haya sido así. Filosofía para Niños retoma los principios genuinos del quehacer filosófico: el diálogo, la pregunta y la argumentación (debate), teniendo como modelo al más grande representante de esta disciplina: Sócrates, para quien filosofar es, ante todo, preguntar, incomodar al otro. En este sentido, podemos afirmar que los niños son genuinos filósofos, pues sus preguntas, muchas de las veces, generan la mayor incomodidad que nos podamos imaginar. "Pa', ¿existe Dios?" o "Ma', ¿por qué mi papá te dice que te ama?", "¿podemos hacer siempre lo que queremos?", son algunas de las preguntas que escuchamos frecuentemente en la voz de los pequeños; además de que, por naturaleza, son preguntones. Luego entonces, por qué no canalizar esas disposiciones naturales del niño hacia una mejor aplicación dentro de su vida cotidiana para que, el día de mañana, sea un adulto capaz de pensar por sí mismo, de resolver de mejor forma sus problemas, de tomar mejores decisiones, de ser autónomo e independiente. Filosofía para Niños ayuda a sistematizar estas disposiciones naturales que hay en el niño a través de una metodología basada en el diálogo, el juego y el debate.

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